Así describe con palabras el momento de subirse al podio Nadia Báez, la nadadora paralímpica de la delegación nacional que consiguió traer el bronce al país. “Es un orgullo representar a la Argentinaâ€, manifestó.
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Nadia Báez sigue sumando experiencia. Y en Londres ha conseguido algo muy importante, el bronce paralímpico para la delegación. Ya en la Argentina, se encontró con la enorme alegría que había generado su participación en los Juegos, así como la obtención del podio con el 3er. puesto en 100m pecho SB11.
La competencia tuvo dos instancias. En primer lugar las series, en donde Nadia participó en la primera tanda, quedándose con el primer lugar de su grupo, consiguiendo un tiempo de 1:32.07. De esta manera, se quedó con el segundo puesto de la grilla general de nadadoras, logrando el record continental.
Con este resultado, accedió a las finales de la especialidad. La ganadora, con record mundial incluido, fue la sueca Maja Reichard con un tiempo de 1:27.98. En segundo lugar quedó la ucraniana Yana Berezhna, quien consiguió un registro de 1:29.99. Tercera quedó nuestra representante, Nadia Báez, con un tiempo de 1:31.21, superando lo conseguido en la primera fase y marcando un nuevo record continental.
Con esto logró la medalla de bronce, situación histórica. “Estos Juegos me permitieron crecer mucho como deportista, chocarme con muchos aspectos nuevos para mí, estoy con ganas de seguir progresando y tratar de llegar a una medalla de oro en un futuro que en un principio fue un sueño y ahora se está un poco más cerca”, explicó en referencia a la experiencia Londres 2012.
Estar en esta cita no es algo habitual, pero la juventud de Nadia (tiene 23 años) hace que las expectativas estén puestas en seguir creciendo. En cuanto a llevar la bandera Argentina, representando al país, expresó: “Como todos dicen es un orgullo representar al país, estar afuera y que te reconozcan como argentina. Estás representando a todos los deportistas que se quedaron o que quieren llegar. Es un orgullo muy grande, una alegría impresionante. Yo tuve la suerte de recibir el ramo de manos de un argentino y eso también significó una alegría importante”.
Si hay un momento especial, es cuando el deportista se puede relajar unos minutos y disfrutar. En el caso de Nadia, ese momento fue la subida al podio paralímpico. Un instante mágico, difícil de describir y que es un privilegio realmente para pocos. “El momento en que empezamos a entrar hacia el podio, sentí una alegría superior. Estar parados ahí y que nos empiecen a nombrar. Alegría, emoción y una sensación muy linda”, concluyó Nadia.
Ahora, la nadadora piensa en todo lo que viene y en seguir trabajando, como siempre, para continuar en el lote de las más rápidas del mundo. Consiguió una medalla que hasta hace poco era un sueño, y ese es el premio más grande que le dejó la experiencia paralímpica.
La competencia tuvo dos instancias. En primer lugar las series, en donde Nadia participó en la primera tanda, quedándose con el primer lugar de su grupo, consiguiendo un tiempo de 1:32.07. De esta manera, se quedó con el segundo puesto de la grilla general de nadadoras, logrando el record continental.
Con este resultado, accedió a las finales de la especialidad. La ganadora, con record mundial incluido, fue la sueca Maja Reichard con un tiempo de 1:27.98. En segundo lugar quedó la ucraniana Yana Berezhna, quien consiguió un registro de 1:29.99. Tercera quedó nuestra representante, Nadia Báez, con un tiempo de 1:31.21, superando lo conseguido en la primera fase y marcando un nuevo record americano.
Con esto logró la medalla de bronce, situación histórica. “Estos Juegos me permitieron crecer mucho como deportista, chocarme con muchos aspectos nuevos para mí, estoy con ganas de seguir progresando y tratar de llegar a una medalla de oro en un futuro que en un principio fue un sueño y ahora se está un poco más cerca”, explicó en referencia a la experiencia Londres 2012.
Estar en esta cita no es algo habitual, pero la juventud de Nadia (tiene 23 años) hace que las expectativas estén puestas en seguir creciendo. En cuanto a llevar la bandera Argentina, representando al país, expresó: “Como todos dicen es un orgullo representar al país, estar afuera y que te reconozcan como argentina. Estás representando a todos los deportistas que se quedaron o que quieren llegar. Es un orgullo muy grande, una alegría impresionante. Yo tuve la suerte de recibir el ramo de manos de un argentino y eso también significó una alegría importante”.
Si hay un momento especial, es cuando el deportista se puede relajar unos minutos y disfrutar. En el caso de Nadia, ese momento fue la subida al podio paralímpico. Un instante mágico, difícil de describir y que es un privilegio realmente para pocos. “El momento en que empezamos a entrar hacia el podio, sentí una alegría superior. Estar parados ahí y que nos empiecen a nombrar. Alegría, emoción y una sensación muy linda”, concluyó Nadia.
Ahora, la nadadora piensa en todo lo que viene y en seguir trabajando, como siempre, para continuar en el lote de las más rápidas del mundo. Consiguió una medalla que hasta hace poco era un sueño, y ese es el premio más grande que le dejó la experiencia paralímpica.