FALLECIÓ EL ORO ETERNO, EDUARDO GUERRERO

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Uno de los deportistas más emblemáticos de los Juegos Olímpicos para Argentina, falleció a los 87 años de edad. En Helsinki 1952, alcanzó la medalla más preciada en Remo junto a Tranquilo Capozzo, en la especialidad doble par.

Si hablamos de héroes deportivos, no se nos puede escapar el nombre de Eduardo Guerrero. Tan valioso fue su aporte al deporte nacional, que tras su medalla de oro junto a Tranquilo Capozzo en Helsinki 1952, hubo que esperar 52 años para volver a ver la Bandera Argentina en lo más alto del podio en un Juego Olímpico.

El remero argentino alcanzó su máximo logro deportivo con 24 años de edad. Su medalla dorada sigue brillando hasta nuestros días. En aquel momento, le tocó hacer dupla con Capozzo, diez años mayor que él. Una historia particular y por demás heroica, cuenta que llegaron con apenas un puñado de competencias juntos y con el bote roto. El espíritu olímpico soviético fue la razón para que pudieran competir y poner a la Argentina en ese lugar de privilegio.

Guerrero le hizo honor a su apellido dentro de su bote y fuera de él. La dictadura de Pedro Eugenio Aramburu lo prohibió por su identificación peronista y no pudo participar en Montreal 1956. Cuando Arturo Illia llegó al poder, compitió otra vez para nuestro país. Mucho más adelante, recibió el Premio Konex y recién en 2004, Argentina volvió a ganar una medalla de oro en un Juego Olímpico.

Además de destacarse como remero, se dedicó al rugby, defendiendo los colores del Club Deportiva Francesa, y fue fundador del Museo Olímpico Rodante. Una gesta que lo tuvo como protagonista, se produjo entre octubre de 2002 y enero de 2003. Con 75 años y recordando la medalla dorada de Helsinki, remó 1.500 kilómetros por el Río Paraná, desde Puerto Iguazú hasta Buenos Aires, en Olivos.

El deceso se produjo en el Hospital Municipal de Vicente López y sus restos serán velados en la localidad de Villa Martelli.