La medalla dorada de Giselle Soler marca una inédita dinastía de la familia Soler en el patinaje artístico.
El deporte nacional ha visto varias veces que una dupla de hermanos compartieran oros panamericanos: Juan Carlos y Enrique Alberdi se consagraron campeones de polo en Buenos Aires 1951; los hermanos Vicente y Carlos Vicentín en el waterpolo de aquella edición inaugural en nuestra capital; los remeros Jorge y Eduardo Gluzman en el dos sin timonel de México 1955; Emilio y Alfredo Czerner en el cuatro sin de esos mismos Juegos, y los célebres marplatenses Juan y Gabriel Curuchet, campeones en la americana del ciclismo en Winnipeg 1999.
Nunca había sucedido que una hermana sucediera a otra como ocurrió en la prueba del patinaje artístico femenino. La bonaerense Giselle Soler, de 18 años, se consagró campeona en Toronto sucediendo a su hermana Elizabeth, de 21, quien había ganado el oro cuatro años atrás en Guadalajara 2011.
Así, el patinaje artístico nacional confirma una manifiesta superioridad ya que es la tercera medalla consecutiva puesto que antes de las hermanas Soler, la bonaerense Leila Vanzulli había sido la ganadora en Río de Janeiro 2007.
En total, la disciplina le ha aportado a nuestro país otras tres preseas de oro. En Winnipeg 1999, Walter Iglesias (actual entrenador de la delegación en Toronto) logró la única individual en la prueba masculina antes de que empezara el dominio del brasileño Marcel Sturmer, tetracampeón desde Santo Domingo 2003. Y el matrimonio de los cordobeses Flavio Fissolo y Gabriela Mugica hizo doblete dorado en Mar del Plata 1995 y Winnipeg 1999.